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“ Origen del Vaicano II………………..”
Con la muerte de Félix V, (” Amator Crucis “, según las Profecías de San Malaquías), los sucesores de la poderosa Casa de Saboya se sometieron a Roma, y los Cardenales italianos quemaron todos los registros de los Concilios de Pisa, Basilea y Ferrara, (Pisa: marzo a julio de 1409), (Basilea 1431 a 1437 )y (Ferrara 1438 a 1442), los Pontífices Alejandro V (Pietro Filargo de Gandia, 1409/1410) y Juan XXIII (Baltassare Cossa, 1410/1415) fueron elegidos también conciliarmente durante los mencionados conclaves, luego junto con el propio Nicolás V de fueron borrados de registros vaticanos, aunque debe resultar sugestivo que el retorno a las ideas renovadoras de los Concilios de Ferrara y Basilea tenga resurgido en la mitad del S. XX, por un Papa que adoptaría el mismo nombre de aquel otro antipapa reformador, y así tenemos otro Juan XXIII ( Ángelo Giuseppe Roncalli 1958-1963), reeditando en otros cinco años , todas las ideas de su predecesor el antipapa Juan XXII (Baltazar Cussa), Político laico de Bolonia que no pudo conseguir la reforma conciliar en sus cinco años de pontificado.
Quinientos treinta años después la Iglesia Católica Apostólica Romana comenzó a retornar a las ideas Conciliarista de Félix V, y aunque las reformas se vieron nuevamente frustradas por la súbita muerte del más santo de los últimos papas, como fue Juan XXIII.
Las crisis política de los Concilios de Pisa y Ferrara determinó la invasión militar de la ciudad de Roma por el Príncipe Oton Colonna , Martin V, quien gobernó los Estados Pontificios de modo dictatorial desde 1417 a 1431, y a su muerte violenta asumió el Obispo Gabriel Condelmer con el nombre de Eugenio IV. Este tirano fue el mas despótico e inmoral de los papas, lo que obligo a que espontáneamente mas de 300 obispos de oriente y occidente se congregaran en Basilea, Suiza, para ponerle fin a la monarquía papista establecida desde hacia siete siglos por las familias Sforza, Borja, Medici, Visconti, Colonna, Farnese, Pierleone, Caraffa etc. etc.
La elección de Felix V, ese nuevo Papa viudo y laico, fue la respuesta a la tiranía de Roma, y desde 1439, fecha en que murió Amadeo de Saboya, hasta los finales del S. XIX no hubo en la iglesia de occidente un movimiento de renovación tan importante como el del S. XV, excepto la tenaz oposicion del gran teólogo y escritor español, Monseñor Don Juan Antonio Llorente ( 1756-1823) , matriz donde abrevaron los Sacerdotes Patriotas del Nuevo Mundo y la Declaracio Autonomista de los Obispos de Utrecht, en Holanda al Pontífice Pio IX, o la Fundacion del Patriarcado Ortodoxo de Occidente en Canterbury, Inglaterra por del Arz. Jules Ferrette( Ex Sacerdote Dominicano de origen italiano) o Mons. Joseph René Villate ( 1823-1929) en América del Norte, Arzobispo Católico Independiente, Consagrado en Ceylan por la Iglesia Ortodoxa Siria Malabar en 1892, serían los ancestros del Vaticano II, y de los movimientos reformadores de América del Sur, patrocinados por el Arz. Don Carlos Duarte Costa, o los Obispos Salomón Ferraz, Pedro Badanelli, Morizio Dominguez, etc.
De todo lo expuesto se puede deducir que la Iglesia de Roma no tiene dominio sobre la liturgia y cada Iglesia sea Ortodoxa étnica o Vaticanista, autocéfala, autónoma, separada o reformada, occidental u oriental, tiene el derecho histórico de utilizar aquella liturgia y rito que mas le convenga, sin necesitar de autorizaciones de alguna sede, para vivir su catolicidad o tradición, ya que precisamente católico es “ De Todos “, y en esa universalidad defendida por los propios Papas de los Concilios de Ferrara, Constanza y Basilea o Pisa, es que se encuentra el derecho de resistir y disentir a toda acción autoritaria y discriminatoria de las Iglesias que se definen como históricas, frente al cada vez mayor numero de Iglesias fieles a la unidad Ortodoxa –Católica del Papa Félix V.
Alfredo M. Montrezza
Con la muerte de Félix V, (” Amator Crucis “, según las Profecías de San Malaquías), los sucesores de la poderosa Casa de Saboya se sometieron a Roma, y los Cardenales italianos quemaron todos los registros de los Concilios de Pisa, Basilea y Ferrara, (Pisa: marzo a julio de 1409), (Basilea 1431 a 1437 )y (Ferrara 1438 a 1442), los Pontífices Alejandro V (Pietro Filargo de Gandia, 1409/1410) y Juan XXIII (Baltassare Cossa, 1410/1415) fueron elegidos también conciliarmente durante los mencionados conclaves, luego junto con el propio Nicolás V de fueron borrados de registros vaticanos, aunque debe resultar sugestivo que el retorno a las ideas renovadoras de los Concilios de Ferrara y Basilea tenga resurgido en la mitad del S. XX, por un Papa que adoptaría el mismo nombre de aquel otro antipapa reformador, y así tenemos otro Juan XXIII ( Ángelo Giuseppe Roncalli 1958-1963), reeditando en otros cinco años , todas las ideas de su predecesor el antipapa Juan XXII (Baltazar Cussa), Político laico de Bolonia que no pudo conseguir la reforma conciliar en sus cinco años de pontificado.
Quinientos treinta años después la Iglesia Católica Apostólica Romana comenzó a retornar a las ideas Conciliarista de Félix V, y aunque las reformas se vieron nuevamente frustradas por la súbita muerte del más santo de los últimos papas, como fue Juan XXIII.
Las crisis política de los Concilios de Pisa y Ferrara determinó la invasión militar de la ciudad de Roma por el Príncipe Oton Colonna , Martin V, quien gobernó los Estados Pontificios de modo dictatorial desde 1417 a 1431, y a su muerte violenta asumió el Obispo Gabriel Condelmer con el nombre de Eugenio IV. Este tirano fue el mas despótico e inmoral de los papas, lo que obligo a que espontáneamente mas de 300 obispos de oriente y occidente se congregaran en Basilea, Suiza, para ponerle fin a la monarquía papista establecida desde hacia siete siglos por las familias Sforza, Borja, Medici, Visconti, Colonna, Farnese, Pierleone, Caraffa etc. etc.
La elección de Felix V, ese nuevo Papa viudo y laico, fue la respuesta a la tiranía de Roma, y desde 1439, fecha en que murió Amadeo de Saboya, hasta los finales del S. XIX no hubo en la iglesia de occidente un movimiento de renovación tan importante como el del S. XV, excepto la tenaz oposicion del gran teólogo y escritor español, Monseñor Don Juan Antonio Llorente ( 1756-1823) , matriz donde abrevaron los Sacerdotes Patriotas del Nuevo Mundo y la Declaracio Autonomista de los Obispos de Utrecht, en Holanda al Pontífice Pio IX, o la Fundacion del Patriarcado Ortodoxo de Occidente en Canterbury, Inglaterra por del Arz. Jules Ferrette( Ex Sacerdote Dominicano de origen italiano) o Mons. Joseph René Villate ( 1823-1929) en América del Norte, Arzobispo Católico Independiente, Consagrado en Ceylan por la Iglesia Ortodoxa Siria Malabar en 1892, serían los ancestros del Vaticano II, y de los movimientos reformadores de América del Sur, patrocinados por el Arz. Don Carlos Duarte Costa, o los Obispos Salomón Ferraz, Pedro Badanelli, Morizio Dominguez, etc.
De todo lo expuesto se puede deducir que la Iglesia de Roma no tiene dominio sobre la liturgia y cada Iglesia sea Ortodoxa étnica o Vaticanista, autocéfala, autónoma, separada o reformada, occidental u oriental, tiene el derecho histórico de utilizar aquella liturgia y rito que mas le convenga, sin necesitar de autorizaciones de alguna sede, para vivir su catolicidad o tradición, ya que precisamente católico es “ De Todos “, y en esa universalidad defendida por los propios Papas de los Concilios de Ferrara, Constanza y Basilea o Pisa, es que se encuentra el derecho de resistir y disentir a toda acción autoritaria y discriminatoria de las Iglesias que se definen como históricas, frente al cada vez mayor numero de Iglesias fieles a la unidad Ortodoxa –Católica del Papa Félix V.
Alfredo M. Montrezza
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